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UN MOMENTO PARA NUESTRA HISTORIA “Solo conociendo nuestro pasado podemos entender el presente y proyectar un mejor futuro” JUAN JOSE NEIRA, UN VALIENTE GENERAL El general JUAN JOSÉ NEIRA nació el 23 de diciembre de 1793, en una hacienda del vecindario de Gachantivá (sector de Monquirá) en la provincia de Tunja: (hoy provincia de Ricaurte) a la edad de un año perdió a su padre, y hasta la de diez en que fue conducido a una escuela de esta ciudad, permaneció al lado de su madre. Después de haber concluido su estudio de gramática latina, lo condujeron las personas de su familia, a cuyo Cargo estaba, a la hacienda del Rabanal, en donde permaneció hasta que a mediados del año de 1810 fue comisionado por el gobierno de Tunja con el grado de capitán, para establecer las milicias de Gachetá y Lenguazaque; comisión que desempeñó con perseverancia y celo, manteniendo a su costa 25 hombres acuartelados por el espacio de 6 meses. "En los años de 1812 y 1813 cumplió con eficacia y puntualidad a diversas comisiones del gobierno, y a los 21 de edad se desposó con la señora Liboria Acevedo Tejada (hija de José Acevedo y Gómez). En 1815 fue nombrado jefe de la guardia nacional del congreso, que en aquel año se reunió en esta capital. "Posteriormente, cuando el ejército expedicionario invadió las provincias externas de "Allí permaneció oculto algún tiempo, y despreció con noble y patriótico orgullo el indulto que tuvo a bien hacerle ofrecer el señor Jurado, esperando alguna ocasión propicia para lanzarse otra vez a la lucha en defensa de la patria. No tardó ésta en presentarse, y reunido a la guerrilla que en aquel tiempo levantaron los Almeidas (hoy provincia de Cundinamarca), dio pruebas, en repetidos combates, de su indomable valor. Al fin, y no muy lejos de Chocontá, se encontró con los jefes españoles Tolrá y Alonso con fuerzas tres veces superiores en número a las suyas, y resolvió entregar en nombre de su Patria y de sus compañeros y amigos, su. Les previno que se retirasen a Casanare; que reunieran allí fuerzas, alentaran el espíritu independiente de ese pueblo valeroso, y se dispusieran a libertar el país; prometiéndoles que con tres de sus compañeros favorecería su retirada, haciendo frente a la numerosa partida que los atacaba. La hizo en efecto, y al declinar del día, muertos ya los tres soldados, fue hecho prisionero, despojado de su ropa, ligados fuertemente sus robustos brazos a la espalda, y arrastrado por un sargento negro que se iba gozando con brutal alegría en el precio que se le esperaba por conducir ante sus verdugos a la ilustre victima. "El ánimo altivo de NEIRA no podía tolerar la afrenta de ser conducido ignominiosamente a la capital, ni dar a sus enemigos el: triunfo de hacerle expirar sobre el patíbulo que le estaba destinado: desafiante siempre a todos los peligros, al pasar cerca de un precipicio de enorme altura, y que lo forma una peña tajada, se lanzó por él, su conductor tuvo que soltar la soga con que le conducía atado. Una especie de hamaca formada cerca de la cima del precipicio, de cañas silvestres vulgarmente denominadas |chusques y de bejucos, detuvo el cuerpo en su rápida caida. ¡Así suele salvar "Al cabo de dos o tres horas de afán, pudo el sargento dar con una senda escarpada y difícil, y bajó en busca del cuerpo, que suponía despedazado, para cortarle la cabeza y conducirla a sus jefes; pero NEIRA sin sentido, y casi sin aliento, permanecía en su lecho providencial. Varias veces lo rodeó el inexorable sargento, y se retiró convencido que su oponente había muerto Al amanecer comenzó NEIRÁ a recobrar el sentido, y recobrado que lo hubo, logró por repetidos esfuerzos desatar sus fuertes ligaduras, y arrastrarse hasta la primera casa que encontró, en donde a los cuidados de sus dueños, y a su robusta constitución, debió su completo restablecimiento. "Poco tiempo después se ocultó en Pacho, hacienda cercana a Zipaquirá; pero los españoles buscaban con incansable tesón a su víctima, y de repente, una noche, cuando nadie lo temía y NEIRA se encontraba rodeado de algunas personas de su familia, se presentan a prenderlo 20 soldados armados. Con su intrepidez ordinaria los atropella, y se escapa por la puerta misma de que se habían apoderado, única de la pieza en que se encontraba. "Después de tres años de constancia, de espléndidas muestras de valor, de sacrificios y de penalidades, vio triunfar en Boyacá la noble causa que defendía, y fue inmediatamente a servir el destino de juez político y comandante militar de Chocontá, en donde desplegó su actividad y celo por el servicio nacional. El año de 1820 Solicitó marchar a la campaña del sur, y marchó en efecto, sin admitir ración ni sueldo: en Pitayó el cuerpo en que servia estaba destinado a la reserva, pero pidió permiso para entrar en la batalla, y combatió al lado de tantos valientes como en ella se distinguieron. " "Así vivió hasta el año de 1831 en que de nuevo empuñó las armas para ayudar al restablecimiento del gobierno legítimo en cabeza de José Ignacio de Márquez, destruido en la ominosa jornada del Santuario, En Ubaté, presentándose el primero a cuartel defendido por excelentes soldados veteranos cayó gravemente herido; pero sus compañeros se lanzaron en pos de él y acabaron la empresa que había acometido con tan temerario valor. Entonces dispuso se asistiera y cuidara con decidido interés al centinela que lo había herido, y que también lo estaba de algún peligro; porque, como dijo en aquellos momentos: "Ese es un soldado valiente, qué a darme un balazo no ha hecho mas que cumplir con su deber." "Restablecido el gobierno legítimo, se retiró a cuidar de sus propiedades, otra vez abandonadas, y a recibir nuevos testimonios del aprecio y confianza de sus compatriotas. Las provincias de Bogotá y Tunja le nombraron diputado a la gran convención, y renunció a este nombramiento como mas tarde el de senador al congreso constitucional de 1834 porque tan modesto como valiente, creía que no habiendo sido educado para la tribuna, ni versado en el manejo de los negocios políticos, no podía hacer a su patria todos los bienes que la deseaba. En 1836 se decide por fin a tomar asiento en el senado. Allí, defensor como siempre de las instituciones patrias, del gobierno nacional del pueblo y de la libertad, acreditó que en el cuerpo legislativo, como en el campo de los pastores y en los campos de la guerra, la felicidad de su país natal era el pensamiento que le dominaba. "Agravados sus males, creyéndose por ellos y por la herida que había recibido en Ubaté, ya inútil para la campaña, pidió una y otra vez su licencia absoluta del servicio militar, o letras de cuartel sin goce alguno de sueldo El gobierno accedió al fin a lo segundo, señalándole 93 pesos de pensión que era lo que correspondía por el tiempo de su servicio. Esta era la primera suma que NEIRA iba a recibir del tesoro nacional; pero la cedió para una obra cualquiera de beneficencia, y últimamente a favor de una de las familias arruinadas por los españoles, y cuyo padre hubiese perecido por la libertad. La señora Catalina Tejada en quien concurrían estas circunstancias y la de ser madre política (suegra) de NEIRA, percibió durante 6 años la pensión que a su yerno había concedido la ley. "En 1840, en esta época tan luctuosa, tan llena de infidencia y de traiciones, el soldado de En peor y mas difícil situación se encontraba esta ciudad en aquellos momentos que Roma, cuando humilladas sus águilas y rotas sus legiones en la guerra ibérica, sus senadores, sus patricios y el pueblo todo exclamaban: "hay quien nos salve?" Allá Excipión, y acá NEIRA, ofrecieron salvar a su Patria, y NEIRA y Excipión cumplieron su palabra”. El caudillo granadino se presenta, a su voz, el espíritu adormecido del pueblo se reanima, se despierta el entusiasmo, y logra la espléndida victoria de Buenavista, sobrado cara para Feliz aquel que, como NEIRA, pueda decir con verdad al fin de sus días: me he consagrado todo entero a Juan José Neira fue un ejemplo de servicio y entrega a la patria por la que luchó y ofrendó su vida. Debido a su valentía el municipio de Neira Caldas fue fundado en honor a él y en busca de su historia vino y vivió en Gachantivá el Doctor Roberto Cardona Arias, primer narrador taurino de Colombia y quien fuera Gobernador de Caldas y Alcalde de Manizales. Autor del libro: “los medallones de la feria”. Un barrio y un parque en Ubaté llevan su nombre, al igual que los colegios de Gachantivá y Machetá. El Concejo de Bogotá mediante el acuerdo 24 del 27 de noviembre de 1893 le rindió homenaje en el centenario de su natalicio y ordenó la elaboración de un óleo (fotografía de Neira). La letra N escrita en su tumba sirvió de idea para una viñeta utilizada en las notas necrológicas Bibliografía: Catálogo de miniaturas del Museo Nacional, www.lablaa.org, Investigación, diseño y elaboración: Esp. FELIX ALFREDO CASTILLO FORERO. Profesor del Colegio Académico y Técnico Juan José Neira. JUAN JOSE NEIRA: ¿DONDE NACIO REALMENTE? Felix Alfredo Castillo Forero y Jesús Anceno Puentes Vela Docentes del Municipio de Gachantivá La vida del general Juan José Neira ha cobrado un inusitado interés en los gachantivenses que tenemos sentido de pertenencia con nuestros valores, costumbres e historia. La publicación por parte del periódico “El correo de Ricaurte” en su edición de diciembre del 2009, de un artículo titulado Juan José Neira:” un bravo entre los bravos” en el cual señala como el lugar de nacimiento del ilustre patriota a la hacienda “El Cárcamo” en la vereda de Monquirá que pertenece hoy a Villa de Leyva; nos ha sembrado el interés por indagar lo que realmente ocurrió en la época del nacimiento de Neira a finales de 1793. Dice el citado artículo que cuando se abandonó la iglesia de Monquirá, el cura fue nombrado en Gachantivá y se llevó los libros de los cuales se sustrajo la partida de bautismo de Neira pero que no se sabe quien la tiene guardada. Aparece además una copia de la partida de bautismo en la que se señala que el general Neira fue bautizado el 23 de diciembre de 1793 en el pueblo de Monquirá por el sacerdote Benedicto de la Borda y cuyo padrino fue el cura ecónomo Don Juan de Dios Bautista. Con esta información quisimos verificar en los textos que reposan en la casa cural de la parroquia de Gachantivá donde hallamos un libro que contiene partidas de bautismo que datan de los años 1600 en adelante hasta más de 1870. En su comienzo las partidas se efectúan en el pueblo de Monquirá, siendo la última registrada en esa parroquia el primero de enero de 1787. De ahí en adelante se encuentran las partidas de bautismo realizadas en Gachantivá. Como se sabe, Juan José Neira nació el 23 de diciembre de 1793 época en la cual ya no existía la parroquia de Monquirá En los folios 161 y 162 del mismo libro de bautismos aparecen partidas registradas por el cura ecónomo Juan de Dios Bautista en noviembre 24 y 26 del año 1793. En el folio 162 aparece una partida escrita por un sacerdote de nombre José Benedicto Dl Borda el 8 de diciembre de 1793. Estas partidas figuran todas en el pueblo de Gachantivá. La hoja que debiera tener los folios 163 y 164 no aparece y desde el folio 165 en adelante aparecen otras partidas firmadas por el padre José Benedicto Dl Borda efectuadas en el mes de enero de 1794. A partir del 9 de febrero de 1794 y hasta febrero de 1795 las partidas las firma el sacerdote Juan de Dios Bautista. Dos cosas que aclaran de manera contundente que Juan José Neira nació y fue bautizado en Gachantivá. La primera, que la hoja con los folios 163 y 164 contenía los bautismos realizados entre el ocho de diciembre de 1793 y enero de 1794 (esta es la hoja que no aparece en el libro). Luego esta hoja sin lugar a dudas contenía la partida de bautismo del general Neira. La segunda es que para esa época los sacerdotes Juan de Dios Bautista y José Benedicto de la Borda oficiaban en Gachantivá. El corto periodo que figura el padre De la Borda nos hace prever que el titular era Juan de Dios Bautista y estuvo de licencia algo más de un mes. Algo más que aclara la duda es que la primera partida sentada por De la Borda en un párrafo dice: “con licencia del cura ecónomo, puse óleo y Chrisma a un niño a quien en caso de necesidad echó el agua el señor cura ecónomo y nombró Cándido Joselín” las partidas que firma el padre Bautista siempre dicen. “yo el cura ecónomo bauticé, puse óleo y Chrisma…” luego, estos dos sacerdotes oficiaban en la parroquia de Gachantivá en la época en que nació el general Neira. Por lo tanto, la autenticidad de la partida de bautismo que aparece en el periódico El Correo de Ricaurte queda en entredicho. Dicha partida nadie sabe hoy su paradero También realizamos algunas consultas en algunas páginas de internet y libros que contienen algo de la historia de este general y hallamos estos datos: "El coronel JUAN JOSÉ NEIRA nació el 23 de diciembre de 1793, en una hacienda del vecindario de Gachantivá en la provincia de Tunja” tomada de www.lablaa.org página de la biblioteca Luis Angel Arango y que data de 1841. El nombre de Neira consagra el apellido de un prócer de la independencia, quien fue el General JUAN JOSE NEIRA, nacido en Gachantiva (Boyacá) en 1793, casado con Liboria Acevedo Tejada, hija del célebre patriota José Acevedo y Gómez. Tomada de www.gobernaciondecaldas.gov.co “Juan José Neira (hacienda cerca a Gachantivá departamento de Boyacá, 23.12.1793- Bogotá 7.1.1841)” tomado del libro: Catálogo de Miniaturas colecciones del Museo Nacional de Colombia pagina 57 Esto corrobora que el lugar de procedencia del General Juan José Neira es el municipio de Gachantivá, pero que sirvió con mucho valor a la patria y debido a esto fue condecorado en distintos lugares del país. El municipio de Neira en el departamento de Caldas lleva su nombre en honor a este valiente guerrero; un barrio en Ubaté Cundinamarca se llama Juan José Neira, al igual que las instituciones educativas de Gachantivá y Machetá. Los héroes no son de donde nacen sino de donde luchan y dejan huella. Nosotros los gachantivenses nos sentimos orgullosos de ser paisanos de Neira, así como también admiramos las valerosas acciones de Antonio Ricaurte, Antonio Nariño, Santander, Bolívar y muchos otros, así no hayan nacido en este pueblo. Somos vecinos y hermanos y compartimos tanto la historia como las tradiciones. No vamos a disgustarnos con un pueblo vecino y hermano con el que nos unen relaciones comerciales, turísticas, históricas, familiares, etc. Tanto Neira como Ricaurte bien pueden considerarse gachantivenses o villaleyvanos pues son de la región y sirvieron a una causa común: la libertad de nuestra patria ¿Error de Redacción? El artículo del Correo de Ricaurte también presenta un dato histórico errado al mencionar a Juan Ignacio de Márquez como el presidente de la época en la cual murió Neira. Se trata en realidad de JOSE IGNACIO DE MARQUEZ, natural de Ramiriquí y quien pronunciara un emotivo discurso destacando las cualidades del general Neira Señor Director: solicitamos que este artículo sea publicado en su periódico para aclarar los datos que existen sobre Juan José Neira. Le agradecemos su colaboración |
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